viernes, 10 de junio de 2011

De Monedas y Abrazos

Los abrazos son monedas, son mi moneda. Lo que se puede decir con un solo abrazo es lo mismo que con la suma de varias palabras, una mirada un par de caricias y hasta un beso, todo junto.
Es que sentirse contenido en un abrazo te permite estar flotando, estar en el aire, que tus pies no busquen punto de apoyo, porque no lo necesitan, porque otro te sostiene, y así podés sentir por un rato que volás.
Reconozco que soy abracera, muy. Y no hablo sólo de abrazos de amor, sino de cariño, de familia , de amistad. Los abrazos son parte de mi lenguaje.
Debo confesar que en la mayoría de las veces, yo no abrazo, sino que soy abrazada, Me dejo abrazar. Debe ser el beneficio de ser una petisa rodeada de altos. Es que casi todos son altos (no más altos, eso es fácil de conseguir) Pero hasta mis amigas son altas (las muy perras pasan el 1,70 m y aún así usan tacos!) Y ese andar por la vida desde abajo, levantando la cabeza para encontrar una mirada se ve compensado con brazos que se agachan para abrazar, abrazarme.
Los que me conocen lo saben y aceptan ese código, ese lenguaje.
Abrazos, hay muchos. Cortos y ligeros que dicen "Che, acá estoy".
Abrazos largos y apretados (esos me gustan a mí) que dicen "De acá no me voy".
Abrazo de hombros que te dan ánimo.
Abrazo de cintura que te piden "Quedate cerquita... un poquito más cerquita".
Abrazos con upa muy usado en los reencuentros.
Abrazos de cuello, en general acompañados con un beso dulce en la frente, esos que dicen "Sos linda, petisa".
Abrazos de amigas, de mujer, de esos que chocan pechos con pechos y que dicen "Sabés que yo te entiendo"
Abrazos de hija porque no encuentro palabras para agradecerte todo lo que me diste.
Abrazos de madre (mi hijo entendió este lenguaje y no hay día que no me diga "Mami, te quiero dar un abrazo", inclusive cuando se mandó una macana y busca la forma de pedir disculpas)
Abrazos de sillón, en medias, con los pies sobre la mesa ratona, mi cabeza en tu pecho, pochoclos y peli.
Abrazos que preceden besos insistentes.
Abrazos fatigados y sudorosos que coronan esos round de caricias, que te dejan escuchar su ritmo acelerado y te incentivan para volver a empezar.
Abrazos por la espalda, que te sorprenden y te permiten adivinar de quién proceden por la fuerza de esos brazos y el perfume que te llega.
Y debe haber más, muchos más, pero lo lindo no es escribirlos, sino sentirlos.
Así que sabé, que si un día, te escribo, o te digo o tengo la suerte de tenerte cerca y darte un abrazo, ese día en esa palabra, en ese gesto, te estoy hablando, te estoy diciendo más que sólo eso, te estoy pagando con mi moneda todo eso que me dijiste o me diste y me provocó esas tremendas ganas de abrazarte.
Si te abrazo, te quiero.

3 comentarios:

  1. Qué lindo esto que escribís. Sabés que yo soy del tipo que da abrazos, abrazos fuertes, de contención, de reencuentro, de te quiero, de estoy para vos. Solo a la gente que quiero, solo a esos que te ganan el amor a fuerza de ser especiales, de meterse en tu vida de un modo u otro. Me cuesta mucho decir Te quiero, prefiero darte un abrazso y transmitirlo... Es un lenguaje con infinitas variaciones, pero la gente que gusta de abrazar y ser abrazada, se entiende.

    ResponderEliminar
  2. Me sentí muy identificada , no sé si por el tema del ser pequeña o de ser quizas como vos que con un abrazo transmite emociones.
    Los abrazos son suspiros expresados con los brazos que envuelven el cariño no hablado.
    Abrace con fuerza que las petisas tenemos ese poder.
    Te mando un ABRAZO.
    :)

    ResponderEliminar
  3. Entiendo perfectamente lo que quieres decir. A mí me enseñó a abrazar una añorada abrazadora y ella me hizo adicto. Lo cierto es que no hay nada como un abrazo...

    ResponderEliminar